Hoy entrevistamos a Mabel Ruiz, propietaria y directora de los Campamentos de equitación Campo Alegre y venimos a contaros todo lo que nos ha dicho sobre su campamento.
Campo Alegre es una empresa dedicada al turismo ecuestre y un referente en la organización de campamentos de verano de equitación y actividades educativas relacionadas ubicada en Zaragoza. Con más de 20 años de experiencia en el sector equino con servicios de pupilaje, doma, paseos a caballo, rutas ecuestres de largo recorrido, cursos de formación en psicoterapia asistida con animales, cursos de equitación, terapias con caballos etc, sus campamentos de equitación integran el amor por la naturaleza y los caballos con la formación integral de niños y adolescentes
Campo Alegre está formado por un equipo multidisciplinar, en el que hay diferentes profesionales encargados de ofrecer un servicio de calidad.
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Le preguntamos ¿Cuántos años llevas en el sector?
Desde siempre he disfrutado y participado en campamentos de tiempo libre así como de los caballos. Cuando era pequeña, los veranos los pasaba en campamentos y, cuando cumplí los 18 años me saqué, primero el título de Monitor de Tiempo Libre, y luego el de Director de Tiempo Libre. Desde entonces empecé a organizar campamentos. También tenía caballos en casa y cuando conocí a Jose Ángel y su hípica, lo primero que pensé era que teníamos que unir nuestras actividades, y hacer campamentos de equitación para niños y adolescentes.
A Jose Ángel le ha ocurrido lo mismo con los caballos. Desde niño ha vivido entre caballos y su pasión han sido estos animales. Así lo trasmite a sus alumnos cuando imparte clases tanto en el instituto (Grados de FP deportivos) como a sus alumnos de la hípica.
Ambos llevamos en el sector ecuestre y en el sector de la educación reglada y no reglada desde el año 1998. Yo trabajo en un colegio como profesora de Educación Primaria y Secundaria, y Jose Ángel en en un instituto, impartiendo los módulos de equitación en el Grado de Actividades Físico Deportivas en el Medio Natural.
Mientras tanto, compaginamos nuestro trabajo con la hípica. Tenemos dos hijos, Ireneo y Darío de 19 y 16 años respectivamente. Ambos tienen como pasión los caballos desde que nacieron. Ireneo está titulado como Monitor de Tiempo Libre y como Técnico Deportivo de Hípica tanto en disciplinas olímpicas como en disciplinas no olímpicas. Darío aún está estudiando en el instituto. Colaboran en la hípica no como un trabajo, sino como un modo de vida que adoran. A los cuatro nos encantan los niños y participar en su educación. Hacerlo en un ambiente distendido, agradable y divertido es una oportunidad inmejorable para dotarles de experiencias inolvidables llenas de valores y aprendizajes para la vida; como el esfuerzo, la constancia, la ayuda mutua, la colaboración, la autonomía personal… Junto a todos los que participan en nuestras actividades formamos una gran familia. Disfrutamos de nuestra vida con los caballos compartiéndola con aquellos que se unen a nosotros en nuestras actividades.
¿Qué te animó o motivó a crear el campamento?
Los campamentos son momentos de ocio en los que podemos intervenir de una forma lúdica en la formación integral de los niños y adolescentes. Dotarles de experiencias positivas que les ayuden a crecer como personas es algo que nos gusta y nos hace implicarnos cada día más.
Además, la equitación es un deporte que requiere constancia, esfuerzo, superación… Estamos en una sociedad en la que prima la inmediatez y parece que cada vez hay menos cultura de esfuerzo. Con los caballos no funciona ni la inmediatez ni la falta de esfuerzo. La constancia, la superación de dificultades, el entender al animal que llevamos, empatizar con él, comprenderlo y saber gestionar las emociones y las dificultades harán que logremos un desarrollo óptimo de las situaciones que tengamos que abordar.
Esos son los valores que queremos trabajar con ellos. La importancia de tener paciencia y esforzarnos para conseguir nuestros objetivos en la vida. Comprender que hay valores que son importantes para aplicarlos en la vida diaria y ser felices.
Les preguntamos qué es lo que cree que el campamento aporta a los niñ@s, esto fue lo que nos contestó:
Diversión y aprendizaje para la vida. Nuestro campamento tiene como objetivo principal que los niños disfruten de unos días de convivencia en plena naturaleza, aprendiendo de los caballos un sinfín de valores que son muy importantes para la vida cotidiana. En nuestro campamento nos adaptamos a todos niveles de equitación, tanto si no han montado nunca, como si montan habitualmente. Incluso podrán prepararse y examinarse para los exámenes de Galopes (titulación oficial de la Real Federación Hípica Española).
A la hora de planificar el programa del campamento ¿Qué tipos de factores tenéis en cuenta?
Lo primero que tenemos en cuenta es el proceso evolutivo en el que se encuentran los niños en cada edad. Nos ajustamos a sus intereses y motivaciones para trabajar los objetivos que tenemos de una forma cercana y divertida. Se tienen en cuenta la edad, el nivel de monta, la personalidad de cada participante… En función de todo ello, se reajustan las actividades o las características propias de la actividad programada para que todo funcione según lo planteado.
Con relación a los caballos, la seguridad de todos es lo que más tenemos en cuenta, tratando siempre de evitar riesgos innecesarios. También se tiene en cuenta las condiciones climáticas de cada momento. Si hace mucho calor, si llueve… siempre contamos con una batería de actividades alternativas por si en un momento dado no se puede llevar a cabo una determinada actividad o si consideramos necesario modificarla.
La alimentación durante la estancia del niño en el campamento es algo que interesa mucho a los padres ¿nos podríais contar un poco cómo organizáis el menú del campamento?
En cuanto a la alimentación, también se tienen en cuenta todas las necesidades alimenticias de los niños/as. Contamos con cocina propia donde se elabora a diario el menú con productos saludables, de temporada y de la zona, teniendo en cuenta alergias, intolerancias y necesidades de cada uno.
Tratamos de que haya un menú saludable, pero atendiendo y cuidando a aquellos participantes que les cuesta más comer o que hay comidas que no les gusta. Procuramos elaborar menús sencillos pero teniendo en cuenta todos los nutrientes que ellos necesitan. Por ejemplo, si componemos algún plato con cebolla y pimiento, estos se pican antes de añadirlos al menú para añadir todas las propiedades de esos alimentos sin que los niños lo noten.
¿Cómo recomienda que sea la comunicación entre los padres y el niño durante el campamento?
Los niños pueden llevar sus móviles al campamento, pero tendrán un uso restringido durante las actividades diarias. Podrán llamar a las familias por las tardes, tras finalizar las actividades y antes de acostarse. Si algún niño/a no lleva móvil, podrá comunicarse con sus padres a través de los teléfonos de la hípica, en los que estamos a vuestra disposición en cualquier momento.
¿Qué crees que te diferencia del resto de los campamentos?
Somos una hípica familiar, donde el trato cercano y las plazas limitadas hace que los niños se sientan como en su casa. No es un campamento masificado, por lo que podemos conocer de cerca a cada uno de nuestros participantes, involucrándonos en sus necesidades y expectativas con cariño y comprensión, fijando metas y objetivos con cada uno de ellos.
Además, llevamos muchos años trabajando con niños y adolescentes, no solo en nuestros campamentos de verano, sino a lo largo de todo el curso escolar. Nos dedicamos profesionalmente a la educación de este colectivo, por lo que tenemos amplia experiencia en la gestión de situaciones que se pueden dar, cada día más diversas.
Además, somos profesionales de la equitación, de su práctica con seguridad y los niños que habitualmente montan con nosotros aprenden un manejo del caballo con gran habilidad, seguridad y autonomía. Muchos de nuestros alumnos de equitación participan en competiciones ecuestres de niveles muy elevados, tanto a nivel nacional como internacional.
Desde tu punto de vista ¿qué caracteriza a un buen monitor en el campamento de verano?
Por supuesto, lo primero que hace falta es que estén titulados según la normativa vigente. Pero algo fundamental que caracteriza a un buen monitor, y que tienen nuestros monitores, es que aman nuestro proyecto y eso hace que sea mucho más fácil el buen funcionamiento del campamento. Están enamorados de los caballos, de la hípica, de los niños…, disfrutan ellos mismos con las tareas que les encomendamos y se implican personal y profesionalmente en los campamentos. Son jóvenes y adolescentes comprometidos y con una larga trayectoria en nuestra hípica. Eso hace que tengamos una confianza plena en todos y cada uno de ellos. Una misma actividad puede salir mejor o peor en función de la “emoción” que ponga el monitor. Por eso, cada uno les da su toque personal a las actividades para que disfruten ellos mismos primeramente, así, cada uno se “especializa” en un determinado tipo de actividades o en una actividad en concreto y la lleva a cabo con todos los niños en diferentes momentos del día. Eso nos da seguridad de que se va a preparar con todo detalle y cariño, y nos ofrece un alto porcentaje de garantía de éxito en la actividad.
¿Cuál es la actividad que más disfrutarías de vuestro campamento si fueras niño?
Todas y cada una de las actividades que se realizan en nuestro campamento son elegidas personalmente en base a nuestras propias experiencias como participantes de campamentos cuando hemos sido niños. Hay muchas que no me perdería, sin contar, por supuesto todas las que tienen relación con los caballos (ver un potro recién nacido, ver una cura de algún caballo, cambiarlos de lugar en función de sus necesidades, ver cómo hacen herrajes, o viene el veterinario a cuidarlos….).
De las actividades más típicas de campamento, me encantan las yincanas, los juegos de pistas por el exterior, las manualidades, los retos…. Es difícil seleccionar solo una o dos…. ¡¡¡Es que son todas!!!
¿Nos puedes contar alguna anécdota que recuerdes de algún campamento?
Hay muchas anécdotas muy divertidas en todos estos años. Las cazas de gamusinos en las veladas nocturnas son geniales. Los ven de todos colores y de todas las formas.
Otro año, a los niños des daba por meterse varios juntos en un depósito de 800 litros de agua, con la ropa sucia en el fondo. Echaban jabón y la pisaban mientras daban vueltas rápidamente. Decían que así hacía la lavadora y centrifugaban la ropa.
Con las pacas de paja también se hacen toboganes divertidos. Pero todo esto o cualquier cosa que pueda contar, no tiene nada que ver con venir y vivirlo en primera persona. Los niños realmente disfrutan y aprenden en un entorno lúdico y familiar. Es una gran oportunidad para dotarles de experiencias que recordarán toda su vida. Ver información de los campamentos
¡Feliz búsqueda de campamento de verano!