Hoy entrevistamos a Israel Pérez-Lorenzo, coordinador y Director de actividades de Eduma y venimos a contaros todo lo que nos ha dicho sobre su campamento.

Eduma es una empresa dedicada desde el año 1976 a realizar cursillos de esquí, campamentos de verano, actividades extraescolares, programas de inglés y francés en el extranjero así como cursos de monitores y coordinadores.

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Le preguntamos ¿Cuántos años llevas en el sector?

En mi caso, desde que nací, literalmente. Mis padres fundaron Eduma (Eduardo y Maricarmen) en 1976, y luego nací yo 2 años después, así que.. ¿Qué iban a hacer conmigo si no llevarme a todos los lados?. Primero fui bebé-juguete en aquellos campamentos de tiendas y cabañas de madera e incluso, me llevaba mi madre esquiando a la espalda (algo impensable hoy en día). Luego seguí de niño, de monitor y desde hace 25 años, coordinador. No sabría calcular la cantidad de campamentos, cursos de esquí, viajes de fin de curso o actividades que habremos hecho cada año desde entonces. Además, hace ya unos años que hemos completado tres generaciones de varias familias.

¿Qué te animó o motivó a crear el campamento?

En 1976 surgió como una forma de fomentar los espacios de ocio, campamentos y esquí en una España que se abría paso, pero que llevaba mucho atraso con respecto a otros países como Francia, dónde se formó Maricarmen. Hoy en día, nuestro objetivo es continuar transmitiendo esa experiencia y legado a las generaciones venideras, de tal forma que no se pierdan los valores y aprendizajes de los campamentos de siempre. Lógicamente, todo ha cambiado muchísimo pero queremos conservar la esencia de esa pedagogía heredada, modernizándola y adaptándola a los tiempos.

Personalmente, creo que todas las experiencias vividas fueron tan intensas e inolvidables que mi motivación vital es transmitirlas a los que vienen detrás para que puedan crecer y disfrutar como lo hice y hago yo.

Les preguntamos qué es lo que cree que el campamento aporta a los niñ@s, esto fue lo que nos contestó:

Aprendí, de una forma muy intensiva a convivir con compañeros en espacios no formales, negociar, tolerar y resolver todo lo que acontece en el día a día de un lugar en el que no se para. Organizarse, aprender a adaptarse y ser todo-terreno, tener disciplina bien entendida, respeto, convivir con personas totalmente diferentes a las que tenía en mi entorno y abrir la mente. Todo ello permite ganar mucha autonomía, desarrollar el trabajo en equipo y las habilidades sociales, con todos los valores añadidos.

Y dejo para el final toda la cantidad de actividades, talleres, excursiones, visitas, veladas y juegos que no solo son divertidas o ejercitan el físico, sino que muy enriquecedoras a nivel de desarrollo personal y salud mental. Es muy enriquecedor salir de tu zona de confort y espacios controlados y empezar de cero en un entorno diferente conviviendo las 24 horas. Lejos de las etiquetas y espacios y relaciones conocidas/controladas se nota rápido a quién le cuesta relacionarse, quién es tímido etc. Nunca dejará de sorprenderme cómo cambian en muchos casos los niños cuando están en un campamento e, incluso, su comportamiento mejora notablemente.

A la hora de planificar el programa del campamento ¿Qué tipos de factores tenéis en cuenta?

Es una gran responsabilidad y prácticamente según terminan unos se van preparando los del año siguiente. Los factores a tener en cuenta son múltiples, desde cuestiones de tipo logístico (instalaciones más adecuadas con servicios imprescindibles, fechas, transportes etc.) pasando por los medios a utilizar (actividades, excursiones, veladas etc. según las edades) hasta las cuestiones a modificar según las evaluaciones realizadas.

Aunque se tenga una base sólida o se repitan campamentos, ningún campamento es igual a otro. Aparte de que hay muchos repetidores y se cambian muchas cosas cada año, las condiciones de cada campamento nunca son las mismas, incluso en el mismo año.

La alimentación durante la estancia del niño en el campamento es algo que interesa mucho a los padres ¿nos podríais contar un poco cómo organizáis el menú del campamento?

En todas las instalaciones se tiene equipo de cocina y la elaboración es casera. Esto nos permite ofrecer menús completos, variados, equilibrados y adaptados a la actividad física del campamento y a los gustos de los niños/as.

Por otro lado, el comedor está completamente organizado para controlar por un lado cualquier tipo de alergia, intolerancia, celiaquía etc. y por otro para comprobar que todo el mundo come un mínimo razonable. Siempre se puede repetir al menos, del primer plato y la comida es abundante.

Se realizan cuatro comidas (desayuno, comida, merienda y cena). Extremamos el control de los menús especiales y todo el proceso desde la elaboración hasta la entrega al niño o niña, pasando por hasta 3 filtros para evitar cualquier error alrespecto. Como colaboradores desde hace años de la Asociación de Celiacos (ACSG) conocemos muy bien los errores que se pueden cometer fácilmente si no estás muy atento, como la contaminación cruzada o los ingredientes ocultos y por eso, tenemos un protocolo de actuación.

¿Cómo recomienda que sea la comunicación entre los padres y el niño durante el campamento?

La recomendación habitual es hablar con los niños cada 3 días más o menos aunque es relativo. Hay niños/as que les gusta hablar con sus padres de forma regular, hay otros que estando perfectamente, lloran cada vez que hablan porque se acuerdan de ellos etc. Es un arma de doble filo pero en general no suele ser bueno hablar todos los días pues desconectar forma parte también de la experiencia.

A partir del segundo día proporcionamos teléfonos en un horario para que se les pueda llamar. Si llevan móvil, se lo retiramos y lo dejamos un rato después de la cena. Salvo urgencia, siempre sin interrumpir actividades. Llevamos un registro de las llamadas para confirmar que todos hablan con cierta regularidad.

Tradicionalmente en los campamentos no había más que una cabina en el pueblo y se llamaba una o dos veces en toda la quincena (sí coincidía la llamada) pero hoy en día para bien o para mal, vivimos mucho más conectados. Por eso desde hace muchos años realizamos un blog diario de la actividad y vamos subiendo fotos del día a día del campamento. En cualquier caso, nosotros llamamos a los padres si pasara algo o tenemos cualquier cosa que consultar, y para hablar con nosotros hay varias vías (teléfono de oficina y urgencias, correo electrónico etc.).

¿Qué crees que te diferencia del resto de los campamentos?

Realizamos campamentos y colonias de verano desde hace 48 años, muy organizados y sobre todo, con el máximo cuidado de los niños y niñas. Atendemos, supervisamos y prestamos atención a todo tipo de detalles y solemos resolver casi cualquier cosa. La seguridad y la confianza es fundamental y eso genera un gran número de repetidores. El equipo de trabajo es otra de nuestras particularidades pues al final somos personas trabajando con personas. Todo el equipo ha sido formado en nuestra Escuela y en la mayoría de los casos han sido participantes del Club Eduma durante muchos años hasta que ya se hicieron mayores. Por eso el ambiente de trabajo es de entrega, profesionalidad y también es muy familiar. La experiencia de los coordinadores de más de 25 años es un factor a destacar.

Tal vez lo más significativo es intentar conservar los valores clásicos de los campamentos, modernizando e innovando, pero sin hacer experimentos extraños ni tener la necesidad de “reinventar la rueda”. A veces el afán de innovar por innovar te puede llevar por caminos que poco tienen que ver, o incluso van en detrimento, de la vivencia de un campamento de verano. Y a nivel económico, buscamos siempre la mejor relación calidad- precio, sin grandes lujos innecesarios pero sobre todo, sin reducir la calidad ni de las instalaciones, actividades, personal o comida, por ejemplo.

Desde tu punto de vista ¿qué caracteriza a un buen monitor en el campamento de verano?

Ser coordinador o monitor es un trabajo duro y sacrificado, pero muy gratificante. Hay 3 condiciones sine qua non: actitud, responsabilidad y capacidad relacional, dada la trascendencia de tener a cargo un grupo de niños/as. Hay otra condición importantísima que es disfrutar con entusiasmo, pues como educadores, tiene un fuerte componente vocacional y no se aguanta dos días si no lo vives como tal. Dentro de eso hay múltiples y diversos talentos, mayor o menor experiencia, mayor conocimiento de técnicas y recursos, paciencia, empatía, habilidades comunicativas, trabajo en equipo etc. pero todo eso se va mejorando con los años.

Para seleccionar a nuestros monitores partimos de la base de nuestro equipo y vamos incorporando personas que se han formado en nuestros propios cursos oficiales, normalmente, anteriores acampados y que hacen las prácticas también con nosotros. De tal forma que todos compartimos unos mismos principios y conocemos el funcionamiento general del campamento.

¿Cuál es la actividad que más disfrutarías de vuestro campamento si fueras niño?

Difícil elegir. Me quedaría con todo aquello que menos posibilidades tendría de hacer en mi casa, barrio o colegio, que es casi todo, pero si tuviera que elegir unas pocas, las excursiones –fundamentales para salir de los mismos espacios-, las veladas con linternas –sea cual sea el juego-, los grandes juegos y gymkhanas y dormir al aire libre (vivac). Me encantaban.

¿Nos puedes contar alguna anécdota que recuerdes de algún campamento?

Hicimos un extenso anecdotario al celebrar los 40 años. Contaré un par de ellas aunque se podría escribir un libro. Yo mismo, con 3 o 4 años me dedicaba a tirarle piñas a los otros niños porque “daba igual, había muchos”. Sobre mediados de los 80, unos turistas perdidos se acercaron a preguntar el camino de regreso al pueblo en el campamento de Casavieja, en pleno bosque. Estábamos en pleno día temático y al ver salir a la cocinera y a Eduardo, vestidos del revés y con el cuchillo de cocina en la mano, les faltó mundo para correr y desaparecieron como alma que lleva el Diablo. Por último, allá por los años 90, cuando coincidíamos a pocos kilómetros con la instrucción de los Caballeros Alumnos (la antigua “mili”) nos invitaban a todo el campamento a un día de puertas abiertas. En una ocasión hicieron un simulacro de batalla en una carretera terciaria a ninguna parte, con tal mala suerte, que pasó un coche con una familia en mitad del espectáculo y dando un frenazo se tiraron al suelo. Por más que se les explicó que no pasaba nada y que era una exhibición, no creo que se les haya olvidado el susto.

En resumen, en el Club Eduma somos gente muy preparada con todo tipo de formación (pedagogos, psicólogos, formadores etc.), que lleva toda la vida dedicada a este mundo y formamos una gran familia. Ofrecemos la confianza, seguridad, tranquilidad y el trato directo a los padres y madres, sabedores de que sus hijos tendrán la mayor atención y cuidado, mientras aprenden y se divierten. Nuestro lema clásico siempre fue “divertirse aprendiendo”.

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